Siguiendo con mi línea de posts sobre creatividad, donde doy rienda suelta a mi curiosidad sobre los métodos que usan algunos artistas para generar ideas, hoy os traigo lo que he averiguado del proceso creativo de David Lynch.
Él mismo habla sobre qué es para él la creatividad y las ideas en su libro Atrapa el pez dorado. Es un libro breve, compuestos por pequeños capítulos donde, para mi gusto, habla demasiado por encima de cómo crea y demasiado en profundidad de su practica de meditación transcendental, pero aún así es un libro curioso y muy ameno de leer.
¿Quieres saber lo que he averiguado?
David Lynch y las ideas
El cineasta compara las ideas con peces. Para él, al igual que cuando vas a pescar, si quieres atrapar un pez hermoso debes introducirte en aguas más profundas. Esas aguas, en este caso, serían la conciencia.
Las ideas son pensamientos, reconoce, y dice que le llegan a fragmentos, de forma minúscula, como si fueran un pez pequeño. Pero el deseo por esa idea servirá de anzuelo y ese pequeño pez, o fragmento de idea, acabará atrayendo a más peces y los fragmentos acabarán por unirse como si formaran parte de un todo. Así de pronto habrás construido tu gran idea, sin olvidar eso de que el resultado es mayor que la suma de las partes.
“En Terciopelo azul fueron primero unos labios rojos, unos jardines verdes y la canción, la versión de “Blue Velvet” de Bobby Vnton. Después llegó una oreja tirada en un campo. Y ya está”
La intuición juega un gran papel en la manera en que unimos las ideas. Según el cineasta se trata de la forma perfecta para encontrar la solución a esos fragmentos, es la unión de las emociones y el intelecto. Todos tenemos la capacidad de atrapar ideas constantemente. Lo que nos diferencia es qué hacemos con ellas, cómo las desarrollamos.
Y esa intuición es lo que, según David Lynch, puede desarrollarse a través de la meditación.
La meditación y la creatividad
No es el primer autor que practica la meditación. En mi búsqueda he encontrado otros nombres como Los Beatles, Katy Perry, Richard Gere, George Lucas… unos practican la meditación zen, otros el budismo, otros la mera contemplación. Parece que hay formas de meditación para todos los gustos.
David Lynch practica la meditación trascendental desde hace más de treinta años. Lo hace dos veces al día, en sesiones de veinte minutos. Aunque afirma que se puede meditar en cualquier lugar y en cualquier momento, normalmente él lo hace antes de desayunar y antes de cenar.
Sin embargo, indica que no medita para que se le ocurran las ideas. La meditación le sirve para expandir su mente, sentirse más renovado y lleno de energía para salir luego a “pescar” esas ideas.
“Lo que ocurre con la meditación es lo siguiente: cada vez eres más tú”
Muy bonito todo, pero os estaréis preguntando — «¿en qué se diferencia la Meditación Trascendental de cualquier otra meditación?»
Según parece, en la meditación trascendental, a diferencia con otras técnicas de meditación, no basta únicamente con la contemplación o concentración: en este tipo de meditación se trata de trascender, profundizar más allá del pensamiento. Cosa que, según indica David Lynch en repetidas ocasiones en el documental «Meditación, Creatividad, Paz», solo puede conseguirse si practicas la meditación trascendental. Con cualquier otro tipo de meditación, uno se queda en la superficie sin conseguir traspasar esa línea que nos permite conocer y experimentar el campo unificado, ese lugar donde todo está conectado.
Por lo que he podido averiguar a través de Google, este tipo de meditación fue creada en la India en los años cincuenta por Majarishi Mejesh Yogui. Para su práctica necesitas que un instructor (solo él puede dártelo) te otorgue un mantra personal y repetirlo durante 20 minutos dos veces al día. Ese mantra se obtiene tras superar un curso de iniciación y el abono de unos 2500 $ y es por ello que ha sido objeto de numerosas críticas.
En cualquier caso, al amigo David le funciona y nos lo cuenta él mismo en el siguiente video, donde habla de la creatividad y la meditación:
[youtube https://www.youtube.com/watch?v=G5Q35JtkEbs&w=560&h=315]
Independientemente de que alguien nos otorgue un mantra personal o no, lo que no cabe duda es que el acto de meditar nos dotará de una mayor conciencia y sensación de de control y presencia. Considero que meditar está, afortunadamente, al alcance de cualquiera. Existen numerosas páginas en internet o libros donde podemos aprender a meditar.
Uno de los beneficios de la meditación en el que coinciden ampliamente todas las corrientes es que ayuda a disminuir los sentimientos negativos y a disfrutar más del momento presente. ¡Y qué familiar es para los artistas el bloqueo y la sensación de sufrimiento o frustración!
La creatividad y el sufrimiento
Lynch se detiene sobre este tema en su libro. Distingue entre entender el conflicto, la tensión, el sufrimiento y vivir en el conflicto. Un artista no necesita necesariamente soportar la tensión, la negatividad o la ira. De hecho, todas esas emociones alejan a los autores de la creatividad, hacen que disfruten menos de su trabajo y les otorga más papeletas para que los resultados del mismo no sean buenos.
«El sufrimiento es bueno para la historia, pero no para el artista¨
Cuando él comenzó a meditar se sentía deprimido y enfadado, estaba lleno de miedos y preocupaciones. La meditación le aportó claridad.
Puede ayudar a entender qué está sucediendo y experimentar mejor el momento y por lo tanto a disfrutarlo más. Nos aportaría, además, una visión más amplia y profunda de las cosas.
“Y cuando empiezan a desaparecer todas las cosas negativas, puedes pescar más ideas y entenderlas mejor. Te entusiasmas con mayor facilidad. Tienes más energía, más claridad.”
Hacía mitad del libro más o menos, el cineasta reconoce algo que me ha gustado especialmente: él indica que, si ponemos el foco, nuestra atención, sobre algo concreto, ese algo se anima, cobra vida. Debemos poner nuestra atención e intención en aquello que nos apasiona, creer que esas criaturas e ideas que nacen en nuestro intelecto, pueden perfectamente cobrar vida y pasar a ser un cómic, una fotografía o la más increíble obra de teatro. Trascendamos pues los miedos y atrevámonos a crear.
Y me despido con un consejo que nos da a todos los creadores:
“Sé fiel a ti mismo. Que resuene tu voz, no permitas que nadie la manipule. Nunca rechaces una buena idea, pero nunca admitas una mala. Y medita. Es muy importante experimentar ese Yo, esa conciencia pura. A mí me ha ayudado, de verdad. Creo que ayudaría a cualquier cineasta. Así que empieza a sumergirte, a estimular esa conciencia dichosa. Crece en felicidad e intuición. Experimenta la alegría de hacer. Y de este modo pacífico brillarás. Tus amigos se sentirán muy felices contigo, felicísimos. Todo el mundo deseará sentarse cerca de ti. ¡Y la gente te dará dinero!”
Nos leemos en el próximo post, hasta entonces ¡Feliz creación!
Isabel Méndez
de la estupenda ilustración Jose Domingo