El año pasado por estas fechas os hablaba de la historia y el origen de los derechos de autor en el post «La propiedad intelectual es una viejoven». En el post de hoy me gustaría poner de relieve la realidad económica a la que se enfrentan muchos creadores. Sé que hoy debería ser un día para la celebración, pero considero necesario también la reivindicación y el conocimiento de una realidad que nos afecta a todos.
¿Por siempre jamás?
Está muy bien eso de tener los derechos durante toda la vida del autor y 70 años después de su muerte, uno ha creado la obra uno tiene derecho a explotarla. El problema viene cuando no se puede en realidad vivir de los derechos de autor. Porque, seamos claros, es muy difícil mantenerse económicamente con lo que obtienes con los royalties de tus obras. Sería lo ideal, si, pero no es lo que sucede en realidad, a no ser que seas un Carlos Ruiz Zafón o una J.K Rowling.
Y no es únicamente un problema de los derechos de autor, que inevitablemente van unidos a las ventas y, por tanto, generan unos ingresos muy variables y dependientes de factores sobre los que el autor no tiene control. La profesión creativa, el trabajo por encargo, también sufre una situación de precariedad económica flagrante.
¿Sabes cuántos ilustradores pueden vivir realmente de su trabajo? La Asociación de Ilustradores Profesionales de Madrid destaca en su estudio de 2016 «Usted está aquí» que los ingresos medios anuales de los ilustradores fueron de 13.100 € en 2015; y el resto de resultados que arroja el informe son igualmente alarmantes, te invito a que le eches un ojo.
Lo mismo sucede con los escritores, muy pocos consiguen vivir de la escritura y necesitan realizar trabajos complementarios para poder llegar a fin de mes. El periódico El Cultural realizó en el año 2009 una pequeña encuesta pecuniaria alrededor de algunos escritores españoles, con resultados también interesantes. Puedes leerla aquí ¿Cuántos escritores españoles viven de la Literatura?
Si bien es cierto que muchos nos dedicaríamos gustosamente a esto de la creación por un módico precio, que seríamos felices con poquito si a cambio pudiéramos dedicar nuestro tiempo a crear, no debemos olvidarnos que el dinero es necesario. Necesitamos pagar una casa, necesitamos abastecernos de comida, de ropa, cubrir necesidades profesionales como conexión a internet, materiales, software, etcétera. Y, muy señores míos, para todo ello necesitamos dinero.
«Curiosamente en esta época en la que crece la sensación de falta de tiempo ante las demandas de trabajos precarios y y vidas conectadas es una época en la que cada vez se cobra menos. Ahora que todo se traduce numéricamente, los números también se han posicionado como el nuevo pago (no pecuniario); números no canjeables por comida y casa, pero sí por visibilidad y autoestima»
Remedios Zafra
Tenemos un grave problema en relación con el reconocimiento económico del trabajo de nuestros creadores. Los datos dicen que las industrias culturales suponen el 4,2% del PIB de la Unión Europea y que únicamente se encuentran por debajo de sectores como la construcción o la restauración. Además si ampliamos el campo a otros sectores intensivos de propiedad intelectual (patentes, marcas, dibujos, derechos de autor e indicaciones geográficas) ese porcentaje aumentaría hasta el 42 % del PIB de la Unión Europea.
Todos esos datos son alucinantes ¿verdad? Parece una industria con buena salud y que genera valor económico.
Sin embargo nuestros escritores, en el mejor de los casos, se llevan apenas un 10% por cada libro vendido, mientras que el restante 90% se reparte entre el resto de la cadena de distribución. Y no olvidemos el dato que comentábamos más arriba sobre los ingresos medios anuales de los ilustradores.
Algo está fallando.
Muchos creadores se ven obligados a buscar trabajos alimenticios que les permitan costearse una vida digna, y dedicar su tiempo de descanso a su trabajo creativo. Nos encontramos con creadores que, tras ocho o más horas de trabajo alienado regresan a sus casas para sentarse en sus escritorios o mesas de luz durante 4 o 5 horas más para sacar adelante ese poemario, cómic o novela en la que están trabajando. Proyecto que sacarán adelante dedicándole las horas descanso, de pasar tiempo con la familia, los fines de semana y así de forma continua, semana tras semana.
¿Tal vez la solución es esperar a jubilarnos para poder dedicarnos a crear tranquilamente?
¡Ay! No, espera, esa era la otra cosa que quería contarte.
Crear tras la jubilación
¿Sabías que desde el año 2012 es incompatible cobrar tu pensión y a la vez recibir retribuciones por tus derechos de autor si éstas superan el salario mínimo profesional bruto en un año?.
Increíble pero cierto. Esto te obliga a elegir entre cobrar tu pensión y renunciar a cobrar por tus aportes creativos a la sociedad y a tus derechos de autor o bien seguir creando y renunciar a tu pensión. Estupendo todo, ¿verdad? A continuación te dejo un video de la plataforma Seguir Creando donde son los propios autores quienes explican esta situación tan surrealista.
[youtube https://www.youtube.com/watch?v=hP3GvB3evQg&w=560&h=315]
La vocación y el entusiasmo
Sobre todo esto existe un maravilloso y necesario ensayo de la escritora Remedios Zafra , “El Entusiasmo. Precariedad y trabajo creativo en la era digital” un relato tremendo en el que nos puede resultar familiar lo que nos expone a través de la vida de Sibila, la protagonista. Podemos sentirnos Sibila durante todo el libro o podemos ver en ella, si no a nosotros mismos, a nuestra pareja, a algún familiar o amigo creador. Se convierten el entusiasmo y la vocación creadora en un espejo incómodo donde la realidad se nos presenta sin titubeos, sin recovecos para escapar.
“Y, dado que hago muchas cosas, mi trabajo siempre está indefinido. Y puesto que lo que hago no me gusta, pero es vulnerable y temporal, esto me permite mantener la esperanza de que en el futuro podré liberar mi tiempo de esa cadena de precariedad y trabajar, quizá, de lo que apasiona o motiva. Entretanto, espero, porque la vida de los entusiastas es una vida constantemente aplazada”
Remedios Zafra
El Entusiasmo es un libro que recomiendo leer, regalar a diestro y siniestro. Es necesario cuidar a nuestros creadores, es necesario valorar el trabajo creativo.
El conocimiento siempre ha sido poder
No quiero que te vayas del post con una sensación de derrotismo. Es cierto que las cosas no están muy fáciles para los autores, pero también es cierto que hay cosas que podemos hacer para explotar mejor nuestras obras y conseguir un mayor beneficio económico de las mismas.
El conocimiento de tus derechos de autor te ayudará a proteger mejor tus obras y a encontrar otras formas de rendimiento. Por ejemplo, la negociación de tus contratos, evitar las cláusulas abusivas, negociar los royalties, saber que deben informarte de ellos anualmente. Gestionar bien los derechos que cedes, no siempre necesitamos ceder todos nuestros derechos de explotación para todas las categorías imaginables ni para todo el mundo mundial.
Como consumidores, debemos ser conscientes de que no todos los creadores son J.K. Rowling , de que es una profesión que tenemos que valorar en la misma medida que la disfrutamos.
Es necesario reconocer la importancia del trabajo creativo, es necesario que nuestros creadores puedan vivir de su trabajo de forma digna. Y debemos hacerlo entre todos.
Ahora sí, ¡Feliz Día de la Propiedad Intelectual !
Isabel Méndez
Ilustración de José Domingo
Como ya te indicaba hace un año, conocer tus derechos te permitirá :
- Gestionar y proteger mejor tu obra.
- Moverte por todo este sarao de forma más libre y segura.
- Decidir si quieres que tu obra sea compartida libremente en internet o no.
- Conocer cómo otorgar licencias para conservar su integridad o para que cualquiera pueda modificarla.
- Saber cómo firmar un contrato sabiendo qué derechos estás cediendo.